Alrededor de un tercio de nuestra cotidianidad la pasamos trabajando y antes del auge del teletrabajo, la mayoría de las personas tenían un lugar de trabajo establecido, donde por lo general tenían contacto con sus colegas y clientes. Estos ecosistemas son únicos y tienen reglas propias, codificadas y no escritas, sociales y disciplinarias, y su manejo correcto puede incluso potenciar el éxito personal. En los últimos años estos espacios de trabajo han tendido a atomizarse, ya sea con home office o sitios de coworking o esquemas mixtos de presencialidad, sin embargo, sigue habiendo reglas y maneras de manejarse. Mi primera pregunta del día es: ¿Recuerdan alguna vez que el ambiente laboral les haya impuesto una regla?